Tipos de salsas con tomate
Tuco: La predilecta por muchos, gracias a platos populares como la lasagna y la pasta a la boloñesa. Las salsas con tomate se llevan con cualquier tipo de pasta, corta o larga, y puedes ofrecer la opción de añadir alguna proteína. Además es una salsa rápida de preparar.
Para prepararla, incorporá a tus insumos la Base de Tomate Deshidratado Knorr Professional, que rinde 6,7 kilos de salsa de tomate y entrega acidez, textura, color y sabor consistentes durante todo el año. Aquí, dos recetas tradicionales para que pruebes con ese producto: lasagna y espagueti con albóndigas. La opción innovadora: ¿por qué añadir salsa de tomate, si el tomate puede ser el centro de la pasta? Conocé cómo preparar masa de pasta de tomate.
¡Los vegetales pueden aparecer de muchas maneras!
Aprovechá los vegetales de estación para desarrollar tipos de salsas creativas que los tengan como protagonistas. Sirven para aportar textura, colores y sabores diferentes. Por ejemplo, ¿alguna vez pensaste en hacer un pesto con brócoli?
Con pescados y frutos del mar
Los argentinos son grandes consumidores de carne, pero tanto el mar como los ríos ofrecen productos de altísima calidad que marcarán la diferencia a la hora de renovar los tipos de salsas. Así, podés elegir algunas preparaciones más tradicionales –como las que son a base de crema o salsa blanca– pero también algunas que incluyan pescados con diferentes cocciones (fritos, a la plancha u horneados con cítricos, por ejemplo).
Salsas frescas con hierbas aromáticas como protagonistas
El orégano, la albahaca y el perejil son esenciales en la cocina italiana, y los más comunes en las salsas tradicionales, pero, como sabrás, existen muchísimas hierbas aromáticas.
La clave está en animarse a incorporar otras hierbas a las salsas, como cilantro, menta o eneldo. Pueden ir por arriba, como remate del plato, usarlas en la propia salsa –como un pesto– o en la cocción. Asimismo, estos ingredientes los puedes encontrar prácticamente todo el año, por lo que te ayudarán a optimizar recursos en tu producción y al mismo tiempo ofrecés a los comensales platos de distintos sabores.
Con sésamo, chile y soja
Si buscás renovar tu carta de salsas, incorporar productos que usualmente usás en otras recetas o provienen de otras gastronomías del mundo puede servir. El sésamo, el chile y la soja, por ejemplo, son frecuentemente utilizados en la cocina oriental, y seguramente tus clientes potenciales ya están familiarizados con su sabor. También podés incorporar condimentos no tan comunes en salsas de platos locales, como el curry.. Para empezar, podés probar con los tallarines en caldo al estilo oriental.